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SEPARANDO LO VALIOSO DE LO ORDINARIO

Recientemente, mientras ordenaba las gavetas de un escritorio,  encontré de repente una hermosa colección de monedas de plata que me habían obsequiado hacía varios años.  Mi corazón casi se detuvo al ver que estaba allí, en esa gaveta, mezclada con papeles y otras cosas sin importancia. "Fácilmente se pudo haber perdido" -pensé.   Empecé entonces a separar lo valioso de lo ordinario con gran cuidado.  Recordé en ese instante un versículo que utiliza casi esas mismas palabras:


"…si apartas lo precioso de lo vil, serás mi portavoz".

Jeremías 15:19 BA


Estas palabras se las dijo Dios al profeta Jeremías, animándolo a dejar a un lado lo vil y ordinario y enfocarse en lo verdaderamente valioso para poder ser su instrumento. A santificarse, para poder ser una influencia en su generación y que su generación no influyera en él.


Nosotros también haríamos bien en separar lo valioso de lo que no lo es. Vivir saturados, con agendas sin ningún margen no es sabio.  Esto es algo que me ha llevado mucho tiempo aprender.  Conforme despejo mi agenda, mi alma adquiere más quietud y mi perspectiva se ajusta.  Me doy cuenta entonces de que menos, es más. 


Tal vez una forma de poder identificar lo que vale la pena retener dentro de nosotros y lo que no, es pasarlo por el “colador” de lo que Dios dice y compararlo con las creencias populares.  Un par de ejemplos:

Creencias populares

Lo que Dios dice

El éxito nos define, si tenemos abundancia habremos llegado a la meta.

 “…la vida del hombre no depende de los muchos bienes que posea”. Lucas 12:15

Descansar no es necesario. La eficiencia requiere que trabajemos a deshoras.

“Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu”. Eclesiastés 4:6

La ansiedad es inevitable, es parte del mundo moderno. La paz es inalcanzable.

“No se angustien por nada; más bien, oren; pídanle a Dios en toda ocasión y denle gracias.  Y la paz de Dios, esa paz que nadie puede comprender, cuidará sus corazones y pensamientos en Cristo”.  Filipenses 4:6-7

 

Quizá una vez que sepamos qué es lo que verdaderamente vale la pena, no nos cueste tanto dejar ir lo que no merece nuestro tiempo, así podremos amar mejor a quienes tenemos a nuestro alrededor y seremos mejores instrumentos para Dios.


Cada minuto que pasa es un grano que cae en el gran reloj de arena de la vida. La forma en que invertimos nuestro tiempo va creando nuestro destino. 


Despojémonos de la preocupación, para que crezca la confianza en Dios.

Dejemos ir el temor, para que aumente la paz.

Perdonemos, para que se vaya el odio y florezca el amor.

Saquemos la duda, para que aumente la fe .

Dejemos la mentira, para que se multiplique la verdad.

Aquietemos nuestra mente, para poder oír la voz de Dios.

 

Señor, abre nuestros ojos para poder discernir lo valioso de lo ordinario.  Ayúdanos a encontrar y seguir nuestro propósito. Revélanos el gran valor del tiempo y enséñanos a vivir con sabiduría. Líbranos de que la excesiva ocupación ahogue nuestra fe. No dejes que el espejismo de lo material nos confunda.  Enséñanos el valor incalculable de vivir con sencillez.



© Astrid Gale



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