PERO DIOS ...

Según el diccionario, «pero» es una conjunción que se usa para conectar ideas que contrastan. Sin embargo, cuando va seguida de la palabra «Dios» crece exponencialmente y se convierte en algo más grande que una simple expresión gramatical, se convierte en dinamita. Dinamita que puede cambiar radicalmente una circunstancia que parece imposible.

Hay casi 50 afirmaciones en la Biblia que incluyen la frase «pero Dios». En cada caso hay una promesa de transformación que convierte la desesperanza en esperanza. Yo misma lo he experimentado muchas veces. Las cosas van en una dirección y parecen irremediables, pero Dios interviene y todo termina un millón de veces mejor de lo que esperaba. Una gracia inmerecida que lo cambió todo. A nivel espiritual es aún más radical. Estábamos literalmente muertos espiritualmente, pero Dios nos dio vida de nuevo, y no solo vida, sino vida eterna.

Los tiempos en los que vivimos son inciertos. La ansiedad y el miedo llaman a la puerta de nuestro corazón a diario, recalcando los titulares de las noticias y gritándonos ¡corre por tu vida! Pero Dios viene a rescatarnos, recordándonos su amor y cuidado por nosotros. Nos recuerda sus promesas inmutables y su poder ilimitado. Nos recuerda que debemos permanecer quietos y ver su salvación (Salmo 46:10).

El poder de la conjunción «pero Dios» es ilimitado porque la acción recae en Dios, no en nosotros. A su voz, a su mandato, nuestras circunstancias dan un giro de 180 grados.

Veamos algunos ejemplos de las Escrituras:

… lo bajaron de la cruz y lo colocaron en una tumba (a Jesús). Pero Dios lo resucitó.Hechos 13:28-30

  … sin embargo, me ha estafado, cambiando mi salario diez veces. Pero Dios no le ha permitido que me haga ningún daño. Génesis 31:7

… los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,  y le libró de todas sus tribulaciones. Hechos 7:9-10

 David se quedó en el desierto en los refugios …Saúl lo buscaba todos los días, pero Dios no lo entregó en su mano. 1 Samuel 23:14

 Pero Dios es tan misericordioso y nos amó con un amor tan grande, que nos dio vida juntamente con Cristo cuando todavía estábamos muertos a causa de nuestros pecados.  Efesios 2:3-6

Dios aún se manifiesta en nuestra generación. Aún transforma las circunstancias. Todavía responde cuando clamamos a Él.

Le pedí a algunos amigos que compartieran con nosotros su momento «pero Dios». Esto es lo que escribieron:

• El enemigo me atacó con un melanoma, pero Dios me sanó por completo.

• Mi barco se hundía y estaba indefensa junto con las otras 100 personas que estaban allí, pero Dios envió a sus ángeles y, de repente, el barco volvió a la superficie.

• Vengo de una familia de alcohólicos y me casé con un alcohólico, pero Dios escuchó mi clamor y nunca permitió que me convirtiera en una alcohólica.

• Mi matrimonio estaba a punto de terminar. Planeaba dejar a mi esposo, pero Dios ablandó mi corazón y me motivó a darle otra oportunidad. Primero, oré para poder respetarlo, luego para que me volviera a gustar y finalmente para amarlo de nuevo. ¡Dios es bueno!

• Mi hijo consumía drogas y amenazó con matarme. Incluso puso una trampa para osos en su habitación tratando de lastimarme. Pero Dios escuchó y respondió las oraciones de una madre y un padre desesperados. Dios sanó nuestra relación, lo liberó de las drogas y lo restauró por completo.

Al reflexionar sobre estos versículos y testimonios, quiero invitarte a recordar las maneras en las que tú también has experimentado el amor de Dios en el pasado. Piensa en una ocasión en particular cuando Dios te ayudó a superar una situación difícil.

Escríbelo a continuación como tu propio momento «pero Dios».

pero Dios …

Ahora, veamos hacia el futuro. Piensa en un área de tu vida en la que necesitas desesperadamente Su intervención. Un área en la que esperas experimentar la gracia de Dios. Sueña en grande y cuéntale a tu padre celestial cómo esperas que Él intervenga y te ayude.

pero Dios …

Cuando atravesamos momentos difíciles o inciertos, nos cuesta tener una visión completa y no perder la esperanza. Tal como Jesús le dijo Pedro: «Ahora no entiendes lo que estoy haciendo … pero lo entenderás más tarde». Juan 13:7. Dios es fiel, y veremos el panorama completo una vez que Él intervenga en nuestras circunstancias y las cambie con su poder y su amor. Confiemos en Él. Nuestro Dios ha sido fiel en el pasado y lo será en el futuro.

Querido Señor, gracias por darme vida cuando me encontraba en muerte espiritual. Recibo tu amor y tu salvación. También quiero darte las gracias por las innumerables veces que interviniste y cambiaste el rumbo de mi vida, y yo ni siquiera me di cuenta. Pongo mi vida en tus manos, sabiendo que cada vez que te presentes cambiarás las cosas para mi bien y para tu gloria debido al amor infinito que sientes por mí.

Para mi sobrino Aldo, quién está a punto de experimentar un momento «pero Dios».

 © Astrid Gale

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