LAS MATEMÁTICAS DE DIOS

Jeremías 29:1 + 1 = Jeremías 29:11

Tus circunstancias + un Dios que te ama = Un futuro prometedor

Esto dice Jeremías 29:1:

«Jeremías escribió desde Jerusalén una carta a los ancianos, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los que el rey Nabucodonosor había desterrado a Babilonia».

¿El contexto? El rey, la reina madre, y todos los funcionarios judíos fueron deportados de Jerusalén a Babilonia. Este exilio duró 70 años. ¿Te imaginas ser forzado a dejar todo lo que conoces y estar lejos de tu patria por 70 años? Luego del tiempo señalado, los judíos volvieron a Jerusalén y fue un tiempo de restauración, cumpliendo así muchas profecías del antiguo testamento.

“Babel” significa “confusión”, y de ahí toma su nombre la ciudad de Babilonia. En otras palabras, los judíos fueron llevados por la fuerza a una ciudad de confusión y mucha idolatría. Cuando volvieron a su tierra, hubo un gran avivamiento. Su fe, en lugar de desaparecer, aumentó. Dios no les dejó solos aun cuando estaban en el exilio, sino que por medio del profeta Jeremías les mantuvo al tanto de sus planes para ellos y les sostuvo sobrenaturalmente.

En la vida, quizá nunca llegaremos a experimentar un destierro físico, como el que se describe en el libro de Jeremías. Sin embargo, cada uno de nosotros atraviesa en ocasiones su propio exilio a una tierra de desilusión y desesperanza. Las cosas no siempre suceden como planeamos y eso nos desorienta. Nos trae confusión. El enemigo usa el bombardeo mediático para causarnos pánico y desorientarnos. Para hacernos creer que todo está perdido.

Tal como una bailarina de ballet que se le enseña a buscar un punto fijo en la pared como referencia para cuando dé sus giros, debemos fijar nuestra mirada en el único que puede darnos paz en medio del caos.

Mira lo que sucede cuando al destierro y al caos (Jeremías 29:1) le agregas un 1 al final: obtendrás una inconmovible promesa de esperanza en Jeremías 29:11:

«Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza».

De igual forma que al agregarle el número 1 a Jeremías 29:1 encontramos una invitación de Dios a tener esperanza, cuando "agregamos" a Dios a nuestra vida, Él nos da esperanza en medio del caos.

No importa por lo que estemos pasando o lo que pasa en el mundo. Aquél que es el Alfa y la Omega, que es el Señor Todopoderoso nos recuerda que él tiene planes para nosotros y planes para su amada tierra; Israel. Esos planes no son como los nuestros, los cuales se pueden ver afectados por cualquier circunstancia. Los suyos son inconmovibles y eternos. Él nos mira con un amor insondable y habla paz a nuestra alma, recordándonos que Sus planes prevalecen y que son planes de bienestar y no de calamidad, para darnos un futuro y una esperanza.

En las matemáticas de Dios, cuando tú lo incluyes a él en tu vida, la bendición se multiplica y la confusión desaparece.

© Astrid Gale

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