LA OVEJA PARALIZADA
- astrid724
- 11 nov 2023
- 3 Min. de lectura
Hace algunos años visité a una granja de ovejas. Fue muy interesante ver cómo las arreaban con la ayuda de un perro ovejero y también como las trasquilaban. En el tour, el pastor tomó una de las ovejas y la “sujetó”. Tomó a la oveja por la espalda y la sentó en una posición que hacía que se quedara inmóvil. Él explicó que al estar quieta él podía examinarla o darle el tratamiento que fuere necesario.
Se me hace muy interesante que haya una posición específica que la deja inmóvil. No puedo evitar pensar en que a las personas a veces nos pasa algo parecido y cuando nos centramos demasiado en algunos pensamientos y sentimientos específicos nos “paralizamos”.
Uno de estos sentimientos es el miedo. Con solo traer a la mente algo que nos da miedo empezamos a sentirnos tensos, y si estuviésemos frente a ello posiblemente nos paralizaríamos.
El otro sentimiento es el odio. Si pensamos en alguien que de verdad nos haya herido posiblemente sintamos rechazo hacia esa persona y un deseo de no tener que verlo o verla nunca más en nuestra vida. En ambos casos lo primero que salta al corazón es una especie de alto, de vigilancia y ansiedad.
Nuestro buen pastor, Jesús, no desea que vayamos por la vida medio paralizados, avanzando por un lado, pero medio estancados por el otro. Él nos ofrece alternativas:
Para el miedo nos ofrece su compañía y nos invita a confiar en Él, dándonos el mandato de no dejar que nos paralice. Lee esta promesa detenidamente y hazla tuya. Pon tu nombre en el espacio en blanco:
No temas ________, porque yo estoy contigo;
no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.
Isaías 41:10
Por otro lado, para el odio nos invita a que perdonemos. De forma que cuando se mencione el nombre de aquella persona que nos lastimó, nuestro estómago no se retuerza y nuestro rostro no se endurezca. Podríamos escribir un libro entero sobre miles de formas para deshacerse del odio, pero nada va a funcionar hasta que perdonemos. No es algo para meditar, sino para obedecer. Vuelve a poner tu nombre en el espacio en blanco:
________, si perdonas a los que pecan contra ti,
tu Padre celestial te perdonará a ti;
pero si te niegas a perdonar a los demás,
tu Padre no perdonará tus pecados.
Mateo 6:14-16
Nuestros sentimientos pueden ser engañosos, por eso debemos llenar nuestra mente con lo que Dios piensa sobre nosotros y lo que Su palabra dice.
En ocasiones cuando algo anda mal, Jesús, como el buen pastor de las ovejas que es, interviene y nos pone en una posición donde, al igual que las ovejas de las que hablamos al inicio, nos quedemos quietos. Luego, nos ofrece su ayuda para sanar nuestra herida o enmendar nuestro error. ¿No es esto maravillosamente tierno?
Por años he batallado con el tema del temor. Y aunque he buscado muchos atajos, los verdaderos avances los he tenido cuando HE DECIDIDO CREERLE A DIOS Y ACTUAR, confiando en que Su palabra es irrefutable y Su amor por mí es eterno. Cuando avanzo con esa certeza, las dudas y el temor se disipan y al lobo que anda merodeando por allí, esperando aprovecharse de mí, no le queda más opción que huir.
“Mis ovejas reconocen mi voz,
yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy vida eterna, jamás perecerán
y nadie podrá arrebatármelas”.
Palabras de Jesús en Juan 10:27-28
© Astrid Gale
Déjanos tu comentario al final de la página!
DIOS Todopoderoso nuestro Amado PADRE Celestial ciertamente nos Ama y te Ama con AMOR ETERNO preciosa Astrid!! Y es Su Perfecto Amor revelado a nuestros corazones el que echa fuera todo temor. AMÉN!! Un gran abrazo y adelante con estas bellas reflexiones tan inspiradoras!!
Gracias por el recordatorio de que Dios hecha fuera todo temor, y que nuestro trabajo es creer, porque él está con nosotros. Saludos
Excelente mensaje. Definitivamente eres un instrumento de Dios. Muchas gracias