EL MEJOR ESPEJO

Todos tenemos cierto concepto de nosotros mismos en nuestra mente. Esta imagen mental define en gran manera la forma en que nos comportamos. Cuando pensamos en personajes que influyeron la historia, por lo general los imaginamos de gran estatura; sin embargo, no siempre fue así. Napoleón Bonaparte, apodado “Napoleón el Grande”, medía 1,68 m, Mahatma Gandhi medía 1,64 m, y el gran Mozart no alcanzaba los 1,63 m. Sin embargo, su físico jamás limitó su destino.

Jesús nos enseñó que debemos procurar tener una imagen equilibrada de nosotros mismos, ni muy grande, ni muy pequeña. ¿Pero, en cual espejo podremos mirarnos para pensar de nosotros mismos con “moderación”?

Recientemente tuve una experiencia curiosa. Se me ocurrió poner en el refrescador de pantallas de mi teléfono, la peor fotografía mía que pude encontrar. Según yo, cada vez que viera la foto y notara que había subido algunas libras, me motivaría a no comer más dulces. Funcionó por algún tiempo, hasta que, al pasar los días, ver esa foto me hacía sentir cada vez peor.

De repente, encontré en la internet la ilustración de una mujer vestida con la armadura de Dios descrita en Efesios 3. Ya que la página permitía personalizar la imagen, le puse mi color de piel y de pelo. Decidí en ese instante reemplazar la foto en mi teléfono por esta otra. ¡Qué diferencia! Cada vez que tomaba mi teléfono me decía a mí misma: “Esta soy yo. Estoy vestida con la armadura de la fe y soy una guerrera del Señor”. Esto cambió por completo la actitud hacia mí misma y aniquiló el auto-rechazo que se había estado gestando en mí por la fotografía anterior.

De igual manera, la imagen que tengas de ti mismo va a afectar la forma en que te preparas cada día para enfrentar al mundo. Para ayudarnos en este proceso, Dios nos ha dejado el mejor espejo: Su Palabra. Él quiere que nos veamos a nosotros mismos a través de ella para que estemos en sintonía con lo único que verdaderamente importa: lo que Él dice de nosotros. Esto nos ayudará a no vernos ni muy grandes, ni muy pequeños. Que bendición tener esa preciosa guía en nuestra vida.

“Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener,

sino más bien piense de sí mismo con moderación,

según la medida de fe que Dios le haya dado”.

Romanos 12:3

“Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios

para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal”.

Efesios 6:13

© Astrid Gale