CON LA FUERZA QUE TIENES

Desde niña sentí que los demás eran más fuertes que yo. Me dejaba vencer fácilmente pues estaba convencida de que era inútil resistirme. Varias décadas después esa sensación regresa a mí con alguna frecuencia. Justo ayer le comenté a mi mejor amiga cuán débil me sentía y cómo anhelaba ser más fuerte.

Durante las últimas semanas Dios ha abierto nuevas puertas y hermosas oportunidades de servirle. En lo profesional las posibilidades también parecen multiplicarse ¡como conejos!

“¿Cómo Señor?”, le pregunté. “¿Con qué fuerzas?”.

Su respuesta no tardó. Esta mañana escuché una enseñanza que me dejó pasmada. Fue como si el Señor me estuviese hablando en persona. El orador empezó su mensaje con estas palabras: “Ve tú con la fuerza que tienes” Jueces 6:14. Me arrodillé en mi cuarto y lloré quebrantada delante de mi Dios. Entendí entonces que todo lo que Él necesita de mí es que vaya, con la fuerza que tengo. No me pide esperar a estar más fuerte; no es en el futuro, es ahora. No es con la fuerza que yo creo que debería tener, ni con la fuerza de aquellos que considero más enérgicos que yo. No, es con la fuerza que tengo, y podré hacerlo porque Él es quién me envía.

Hoy, Dios te mira a ti, al igual que miró a Gedeón y te dice: Ve tú con la fuerza que tienes …y haz lo que te he pedido. ¡Yo soy quien te envía!

“Entonces el Señor lo miró y le dijo: —Ve tú con la fuerza que tienes y rescata a Israel de los madianitas. ¡Yo soy quien te envía!”.

Jueces 6:14 NTV

© Astrid Gale